El talentoso y excéntrico delantero colombiano llegó a Córdoba en el 2000 para jugar en el club "albo" y fue determinante para el ascenso al Nacional B. Venía de cumplir 2 años de suspensión por doping positivo tras levantar copas con Independiente de Avellaneda. Se dijo que su paso por el Argentino A era una examen físico y futbolístico para luego jugar en Talleres. Breve e intensa estadía en la entidad cordobesa, suficiente para convertirse en ídolo y ganarse el cariño de todos.